En otras ocasiones, en
cambio, se ha producido un fenómeno
general de soltar amarras y abrir compuertas, los hombres (a veces todos, a
veces algunos) han atravesado filtros que les impedían hablar de su sexualidad
real. Entonces el tono de voz se pone más grave, parece que el aire és más
denso y alrededor de la persona que está hablando se genera un tremendo
silencio. A veces, esta fase concluye con un tono muy jocoso y de gran
animosidad compartida. Me parece muy cierto aquello de que una alegría
compartida es más alegría y que una pena compartida es menos pena, y en el caso
de hombres hablando sobre su sexualidad (su sexualidad real), ni te digo.
TESTIMONIOS:
HOMBRE I
Tuve episodios de
impotencia y fue una de las cosas que más vergüenza me han hecho pasar en mi
vida, como hombre me sentí muy mal. Con el tiempo descubrí que mi sexualidad
dependía mucho de que estuviera a gusto con la otra persona. Eso antes ni me lo
planteaba, suponía que por el hecho de ser hombre me empalmaba y podía follar
con quien fuera y cuando fuera, como hombre no concebía otra cosa.
Con el tiempo descubrí que estaba muy
desconectado de mi cuerpo, que no estaba a gusto con mi vida y que mi relación
de pareja en realidad estaba en fase terminal. La relación de pareja se rompió
y después pasé una época de mucho miedo, tenía miedo de estar con mujeres y que
la impotencia reapareciera, ¿y si no era la relación? me decía, ¿y si resulta
que soy un tarado? Tuve que atravesar todo eso antes de poder disfrutar de la
sexualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario