lunes, 10 de septiembre de 2012

Voces de Hombre

                                                       VOCES DE HOMBRE

 
Voces de Hombre es un muro donde hombres hablan sobre masculinidad y sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Este muro se va ampliando con el paso del tiempo con la intención de formar un calidoscopio donde masculinidad y relaciones de género se entrelazan con otras muchas cuestiones de interés general como el amor, la dignidad, las neurociencias y el poder. Entre estas voces también hay quienes gustan de relativizar y desmontar algunos topicazos sobre el tema de lo masculino y lo femenino.
 

VOZ I


Después está el tema de la dignidad. La dignidad es un elemento delicado y esto hace referencia a la relación con las mujeres.Si el hombre siente que se respeta su dignidad se deja mucho más. Esto las mujeres no tienen porqué saberlo y lo que he comprobado es que no lo saben. Enseguida te salen con la comparación de que las mujeres también. Seguro, seguro. Pero desde mi apreciación no es tan necesario.
¿La dignidad qué es? La dignidad es que yo te veo capaz. Si hay que ir a cazar tu irás a cazar, si hay un peligro tu vas a salir, no tienes media hostia pero vas a salir a por todas. El hombre necesita que eso sea obvio.Después estoy muy jodido, muy  neurótico, los miedos me dominan o estoy muy culto no iré. Pero si yo recibo de la mujer que confía que la puedo proteger y me da esa dignidad yo puedo fregar los platos, hacer el pino o lo que sea. En esa fuerza, aunque no sea muscular, es donde está la dignidad.
 Es una actitud, una manera de verse, una manera de estar, después ella pueda ganar más dinero o correr los cien metros más rápido. Esa dignidad se la puede dar a un tipo que esta tetrapléjico. Por maltratos vividos generacionalmente, por un patriarcado dañino, muchas mujeres han perdido la mirada de dignidad hacia el hombre.
La mujer motiva mucho, pero el tema es poder sentirse digno sin necesitar el rapport con la mujer, como un valor en sí.  La dignidad del hombre es algo muy senzillo y no tiene mérito. Si no valoro mi dignidad es muy probable que encuentre mujeres que tampoco la valoren. El  tema es alimentar esa dignidad durante la vida, cultivarla. No es una postura que me obligue a estar pendiente de logros o demostraciones, es algo que se tiene y no hay que demostrarlo, simplemente despertarlo como algo operativo cuando haga falta, una capacidad presente.
 En la mayoría de hombres ha habido momentos donde se han conectado con esa dignidad. Si  uno esta muy implicado en una relación de pareja decir o me tratas bien o lo dejamos aquí es muy difícil, pero si uno está en contacto con su dignidad se dirá que demonios hago aquí.En las relaciones cuando la dignidad es reconocida, el esfuerzo deja de tener sentido y llega la intimidad, nadie es un peligro para el otro ni nadie es la gran esperanza blanca, es un descanso.
 

VOZ II


Una noche, alrededor de una hoguera en el monte, los hombres, éramos unos treinta, contábamos una batallita, algo de lo que nos sentíamos orgullosos. Uno de los hombres era homosexual declarado y contó una historia romántica, de un enamoramiento en París, con un lenguaje muy femenino, con muchos detalles:  “ yo le dije y el me dijo y entonces yo le dije... “  Entonces empecé a notar que el resto de hombres nos empezábamos a poner muy nerviosos, era como si hablase una mujer. Todo eran batallas tipo la vez que me enfrenté al jefe, la vez que apagué un incendio... Todos nos empezamos a poner como una moto. La historia que contaba aquel chico era larguísima:  “… y subimos a la torre Eiffel y no se que... “  Como habia que escuchar todos escuchábamos pero en el ambiente había mal rollo. Entonces, no recuerdo como, el terapeuta lo paró.
Al día siguiente el terapeuta se disculpó por haberlo cortado. Era la primera vez que veía a una persona con autoridad que se disculpaba. Era ver una autoridad potente y al mismo tiempo con humildad de verdad, que podía disculparse. Y tenía razón, en el fondo era la historia de aquel chico... por qué cortarlo. A mi aquello me cogió machista interior. Otra cosa que aprendí en aquel taller era a aceptar que era machista, como todos los hombres y la mayoría de mujeres, y a partir de aquí empezar a trabajar. Muchos de mis amigos son homosexuales, me tengo por un tipo liberal, pero cuando escuchaba aquello de la Torre Eiffel me venía a la cabeza " venga mariconzón, cállate".
                                                                             

VOZ III

El matrimonio típico de la Nueva Era dice el paradigma que es madre enfadada y niño sumiso o rebelde. En mi generación hay muchos hombres implicados en la crianza de los hijos pero siempre lo haces mal, la mujer siempre reclamando que esto no se hace así, que se hace asá, esto con hombres que cambian pañales, que cocinan. Las mujeres tienen razón, pero lo dicen desde el enfado o de manera distorsionada, entonces el hombre se rebota, se siente culpable. Si hago, mal; si no hago, también mal.
El hombre sabe que en realidad la mujer tiene razón pero la manera de decirlo es distorsionada. Es poder encontrarse en este punto, que el hombre pueda reconocer, reconocer es asentir, no bajar la cabeza, asentir que ella tiene razón para que deje de reclamar y reclamar, es poder encontrarse en este punto.
El tema es cuando hay conflicto poder ver cúal es la parte de verdad y dejar un poco de lado el orgullo o la debilidad y no entrar en el rol de apartarme y no te necesito o ponerme a empezar a arrear. Es un equilibrio difícil. Tal como lo veo el problema del hombre actual es que ha crecido con esto, o me aparto o me pongo a arrear.
 

VOZ IV

 Hay dos biologías diferentes y dos géneros diferentes. Creo que es bueno el contacto intenso con personas del mismo género para que se pueda desarrollar bien la afectividad propia del género. En el caso del género de los hombres, el varón tiene toda una afectividad por desarrollar que hasta ahora no se ha desarrollado, muchas veces por poco contacto con el padre. Las cosas afectivas se las cuento a mamá y las menos afectivas con papá. No se si sería la afectividad a través del balón, de la bicicleta o de hacer cosas con papá. No se como sería, pero creo que el desarrollo de la afectividad del varón está mucho en el contacto con el propio varón. Ahí también hay un gran miedo a la homosexualidad.
Hay hombres que nunca se van a sentir débiles con una mujer porque siempre se sientes fuertes porque no reconocen su parte más frágil. Que el hombre tiene una parte que puede sentirse frágil esto es bastante genérico, todos nos podemos sentir frágiles. Que yo por ejemplo me sienta frágil depende del grado de confianza me será más fácil mostrarlo o no porque me dará vergüenza o no.  Claro, si yo estoy con una mujer que verme frágil no lo resiste y no lo resiste es cuando yo me empiezo a plantear... Es lo que decíamos antes del machismo en la mujer, el hombre no puede mostrarse frágil porque entonces no puede proteger a la mujer y bla, bla...  Ahora, también lo que yo veo es que si siempre con la mujer me siento frágil hágaselo uno mirar.
 Hay momentos en que la mujer será la fuerte y el hombre podrá mostrar su fragilidad porqué verá a la mujer fuerte y habrá momentos que será al revés. Hay un punto en que si uno siempre está en yo soy el fuerte o yo soy la fuerte allí es cuando entra el manejo del poder.
 

VOZ V

Sí, conozco la frase que se utiliza en constelaciones familiares, la frase de la mujer sigue al hombre y el hombre lo hace todo por la mujer. Esta frase sacada de contexto es una bofetada... Pensando quien lo dice yo pienso que está hablando de una família y allí empieza a tomar más sentido. Por amor se hacen muchas cosas... Es una frase con muchos niveles... A mi lo primero que me ha aparecido es desagrado. Después si me paro a pensarlo, quién lo dice y en qué contexto, entonces me empiezan a aparecer relaciones de pareja,hijos. Desaparece el desagrado y aparece cierto agrado.
Lo primero que me viene es que por amor se hacen muchas cosas, no muchos sacrificios, sino muchas cosas. Entonces esta frase tendría sentido en una relación amorosa. Yo la leería desde yo me entrego y tu me vas a cuidar. Claro, por ejemplo pienso que no tiene que ser necesariamente un patrón fijo ni en el mismo sentido, más me parece un patrón de ida y vuelta en una relación amorosa. En algo yo seguiré a mi mujer y ella me cuidará y en otra cosa al revés.
 También me viene en una situación de crisis uno de los dos agarra y resuelve y el otro desde la confianza le sigue. Si desde un patrón de crisis yo resuelvo algo y mi mujer no lo ve claro, ella desde la intimidad y desde el amor no va a cuestionarlo y yo voy a hacerme cargo de todo y la voy a cuidar. Es una frase que imagino más en una situación de crisis. Estalla la guerra y nos vamos al Senegal porqué aquí no hay quien viva. Capaz que ella esté que si la familia... pero desde la relación conmigo agarra y nos vamos al Senegal. Si yo digo vamos a Senegal y ella viene y abandona a sus padres y sus hermanos hay una parte que yo me tengo que hacer cargo de eso, no puede decirle tu podías haber dicho que no porqué lo mejor que puede hacerme es partirme la cara. Claro que podría haberme dicho que no, pero si me sigue en mi decisión hay una parte que si sale mal o en momentos de fragilidad no puedo decirle es tu responsabilidad  podrías haber dicho que no, la tengo que cuidar, me tengo que hacer cargo.
 Pero también hay un punto que creo que es un camino de ida y vuelta. Hellinger se pone mucho que tiene que ser con el hombre y yo no lo tengo tan claro...  ¿ Desde donde yo me lo cuestiono?  Estamos en una sociedad muy patriarcal y aquí esta frase tiene mucho sentido, si consiguiéramos estar en una sociedad no tan patriarcal yo creo que esa frase dejaría de tener sentido y se convertiría en algo así como a veces hay uno que sigue al otro y el otro lo hace todo por él o ella. También estamos en un momento donde todo esto está cambiando mucho.
Hoy en día las relaciones están muy marcadas por el poder, por el poder económico, el poder de género, el poder intelectual. Con el tema de la masculinidad y la feminidad hay mucho el tema del poder de un género sobre otro. El recorrido histórico del femenismo y la  masculinidad no es nada, en términos históricos es nada.
 

   VOZ VI 

   ( David Precht, filósofo alemán)
 
La literatura psicoanalítica especializada del siglo XX está llena de teorías que equiparan el alejamiento romántico de la naturaleza con la separación del niño de la madre. En ambos casos se trata de una pérdida de naturaleza. La idea de Freud de patologizar esta añoranza fue funesta. Y lo que psíquicamente es un proceso absolutamente normal aparece como un daño elemental. La necesidad de amor del ser humano no se debe a un posible deterioro. Es la actitud normal de expectativa de un homínido social, cuya inteligencia y sensibilidad le proporcionan la capacidad de revivir después, en otra forma, elementos importantes de su vinculación temprano-infantil.
 
Con su modelo del deterioro, por el contrario, los psicoanalistas repiten el fallo preferido de la mayoría de teorías de la evolución, según las cuales si hay algo en el mundo, y dado que está ahí, tiene que tener una función. Expresado psicoanalíticamente, tiene que compensar algo.Yo supondo, por el contrario, que el amor entre los géneros no compensa nada, sino que continúa algo de otra forma y con otros medios.
 

VOZ VII

                       
 ( David Precht, filósofo alemán)

Es verdad que la gran mayoría de los investigadores del cerebro suponen que nuestras hormonas sexuales influyen en nuestra capacidad de pensamiento, pero apenas consiguen demostrar cómo y en qué medida sucede eso. Un ejemplo dudoso es el test de capacidad de representación espacial. Según muchos investigadores la capacidad de representación espacial es mejor en los hombres que en las mujeres a causa de la testosterona. Sin embargo, en algunos casos hombres con un nivel de  testosterona menor demuestran un mejor capacidad de representación espacial que los bombarderos de testosterona. 
 
Es demasiado ingenuo pensar que las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres pueden señalarse en el cerebro como se señalan en un mapa. Un fenómeno tan complejo no puede fijarse en un surco cerebral ni en un manojo de cordones nerviosos. Detrás de estas diferencias hay múltiples factores: disposción innata, experiencias infantiles tempranas, experiencias éxito-fracaso… Una parte considerable de lo que constituye nuestro comportamiento entre géneros y nuestra autocomprensión no se debe sólo a la biología sino también a la evolución cultural.
 
Hay diferencias hormonales importantes entres hombres y mujeres, pero también entre hombres y hombres y mujeres y mujeres. El hecho de que las diferentes concentraciones hormonales junto con sus receptores en el hipotálamo sea la única diferencia realmente vinculante entre los géneros no debería llevarnos a sacar conclusiones apresuradas. Dime como es tu nivel hormonal y te diré que tipo de ser humano eres sólo tiene un valor limitado.
 
Todas las excitaciones emocionales van acompañadas de secreciones químicas, pero ¿ cúal es el interruptor y cúal es la luz?  Por muy conocidos que sean los receptores, hormonas y neurotransmisores, su juego conjunto muestra hasta hoy muchos enigmas. Puede que la frase “ todo es química” sea cierta, en la medida en que toda reacción en mi cuerpo se traduce químicamente. Pero incluso aunque todo sea química, la química no es todo.
 
Los sentimientos nacen cuando las emociones desencadenan representaciones mentales. Mientras que las emociones pueden describirse por la secreción de hormonas y neurotransmisores así solo se consigue a lo sumo cercar los sentimientos. Cuanto más complejos son los sentimientos menos pueden describirse con la ayuda de la química. En sus emociones los seres humanos son muy parecidos, en sus sentimientos se diferencian mucho. Y en sus ideas, finalmente, son bastante diferentes. Los sentimientos se emancipan de la simple excitación de la emoción.
 

VOZ VIII

 

La dependencia emocional del hombre hacia la mujer es una cosa  para mi  muy importante.  La dependencia viene porque el hombre ha estado solo ante la mujer, porque uno cuando niño tenía un padre ausente, un hombre que no ha sabido afrontar a la mujer, quien se quedaba afrontando a la mujer era el niño, y si el padre afrontaba a la mujer era para castigarla o para dejarla, es decir,  dependiente o independiente.Es importante poder sentir la dependencia que se tiene a la mujer y entre hombres dejársela sentir para poder dar nombre a eso. Se trata de   poder sentir lo dependientes que nos hace el amor…

Yo veo importante hablar de la dependencia emocional entre hombres. Nosotros nos tenemos que comprender entre nosotros. Esto es algo que ha sido muy negado, que es algo vergonzante, muchas veces uno ni se lo plantea. Encontrar voces de hombres que cuentan como vive la dependencia emocional, cuanto uno depende de que lo aprueben, pero no como madre, sino como mujer. Esa aprobación que se anda buscando no es un niño que pide la aprobación de una madre, es un adulto que pide la aprobación de una mujer. Las mujeres no tienen tabú en hablar su dependencia del hombre. Sentir el miedo que le tenemos a la mujer, que viene de haber estado tan solos ante la madre, sin un hombre que te defienda, sin un hombre con cojones para poner límites.

Después hay otro tema que veo importante. El hombre quiere tener hijos del espíritu, continuar una obra que te trascienda. La mujer hay una parte que vive que el hombre tiene dos matrimonios, que hay una parte de un mundo que ella no accede y que ese mundo es rival. La demanda es déjalo por mi. Hay pocas mujeres que comprenden eso.
El hombre que pone límite a la mujer sin hacer daño, poner límite no para pegar, sino para no sentirse invadido, para defender su verdad, tengo un ideal, te quiero y te voy a dar una parte de mi y la otra parte me la guardo y eso me hace digno de estar contigo. Cuantos hombres pueden decir esto desde el amor y la contundencia y cuantas mujeres lo pueden soportar.
El karma de la mujer tiene el rol de cuidadora, igual que el hombre que no consigue compaginar el ideal con sentirse amado por una mujer y crear una relación tiene el karma de quedarse solo; la mujer tiene la tendencia a cuidar, y desde ahí también se manipula a base de bien, si no toma conciencia de ello para equilibrar algo muy instintivo. En el hombre meterse en sus ideas sin contar con la mujer o menospreciándola es tanto como para ella dedicarse a cuidar hombres y niños olvidándose de sí misma. El hombre que solo se dedica a sus ideas sin contar con el apoyo emocional de la mujer y  los hijos siente un aislamiento muy grande. La mujer que entra en la historia de que el amor es cuidar y ahí olvida otras partes importantes de ella misma.

VOZ IX

 
Si soy coherente con mi estado actual, una de las cosas que veo como necesarias es dejarme de conceptos.  Todo muy aprendizaje ha estado basado en esto, en conjeturas, en conceptos, en teorías sobre la vida. Después había paralelamente una parte de mi vida que tenía que ver con lo más auténtico, quiero decir poner en práctica aquello que en mi funciona espontáneamente, que funciona de manera fácil. Entonces yo te puedo hablar de eso.

Hasta el que se crea que ha cambiado muchas veces, eso es mentira. Hay una línea, una trayectoria que hace a uno ser quien es. No pelearse con lo que uno es, dar una continuidad feliz a lo que uno es. Para ello uno tiene que llegar a averiguar lo que le mueve. 

Hay una palabra que no me gusta nada y que podría deducirse de mis palabras. La palabra es buscador. Hay una frase de Picasso que me gustó mucho y con la cual me sigo identificando: yo no busco, encuentro. Eso que viene y me conmueve me apunto. Es así de senzillo.
Yo he hecho grandes esfuerzos para poder vivir de otra manera, para poder vivir convencionalmente y nunca lo he conseguido. He vivido el sexo, mi masculinidad, como pareja, como marido, como padre, como amante, como amigo, lo he vivido a mi puta bola. Detrás de todo está la aptitud, seas hombre o mujer. El tópico, el hombre guerrero, el buscador, todas estas etiquetas me dan risas. ¿ Guerrero? Yo veo una pistola y salgo corriendo. Yo puedo robar si nadie mira, pero si me miran…
A mi me salvó quedar mal, suspender en la escuela…  Hacer lo que no esperaban de mi me salvó, te llevas hostias pero que te digan contigo no hay nada que hacer facilita la vida, ya está , ya puedo hacer lo que quiera.  Si conecto con esto me llega la salud. Esto es una manera de vivir la masculinidad, que no te metan el miedo a fracasar, el miedo a perder,  a frustrarte, al día de  mañana. No es un mérito, es que como soy muy primario no hay nada más.
Sobre lo masculino y lo femenino, yo diría que hay hombres y mujeres, que hay más cosas que unen que cosas que separan. Se pueden hacer muchos matices, pero en el fondo...  Después hay algo que yo como hombre me siento más cómodo haciendo con otros hombres. El otro día, con un amigo al que no veía hace muchos años, me preguntó ¿a ti te pasa como a mi, cuando más mayor más te gustan las mujeres? Cuando dice esto yo lo entiendo. Esto no es un diálogo que tenga con una mujer. Sí, puedo hacer bromas con una mujer sobre esto, pero ni las hago. Este diálogo era como una complicidad, una afinidad. Con las mujeres hago otras cosas, ¿ quieres que vaya a buscar croissants cariño? 
Aparte de estas cosas para mi el tema de los géneros tiene poco más, simplemente maneras de jugar a lo que uno espera del otro. Aunque yo siempre haya estado casado, no creo en el mito de estoy solo, no creo que sea tan dramático. Es muy difícil aceptar un juego de compañía sin ceder parte de la autenticidad. Los dos tienen que llegar ya quemados para que cuando se encuentren no jugar a si tu me haces compañía yo haré esto o dejaré de hacer aquello. Cuando hay intimidad hay mucha proximidad, las diferencias se relativizan. Si no hay intimidad se crean más distancias, más juegos. Pero cuando hay intimidad...
Una de las grandes dificultades que nos creamos es querer psicologizarlo todo a partir de estudios sobre la masculinidad, de encuestas, que si la autoridad del padre, que si...  Todo lo que son conceptos, todo lo que separe la vida de lo que es, todo esto hace que te metas en un embolao de mucho cuidado...
Es muy importante poder  facilitar la experiencia que uno se ha metido en un laberinto que no tiene ni entrada ni salida, que ha entrado de coco, que es una historia más conceptual que real. Se trata de dar vueltas una y otra vez a lo mismo hasta saturarse, hasta llegar a la conclusión que estas vueltas no llevan a ningún sitio. Se trata de aburrirse de uno mismo. Cuando uno se harta entonces levanta la cabeza.
 

VOZ X

 
Creo que los hombres somos más lentos en la conexión entre emoción y palabra y ahí perdemos, hay como una sensación de impotencia, cuando tu vas la mujer ya ha ido y vuelto cinco veces… En momentos puntuales lo he vivido personalmente y realmente es una forma de poder.   Tu vas por la calle y vas viendo parejas la mujer hablando y el hombre avasallado con la cabeza agachada y seguramente no se están peleando ni nada. Si trasladas esto a un conflicto…Sin justificar nada ni a nadie, pero a veces ciertas reacciones violentas del hombre vienen de esta sensación de impotencia.
 
 
Tengo un hijo de veinte años y una hija de quince.  Criar a mis hijos, tener un lugar en la vida de mis hijos sí que han sido temas que me han hecho plantearme el tema de mi masculinidad. En relación a mi hijo me he planteado que quiere decir ser un padre para mi hijo. ¿ Hasta qué punto he sido un modelo de padre para mi hijo? En este punto tengo dudas y tampoco sé qué significa ser un modelo de padre. ¿ Cómo relacionarme con mi hijo como hombre? No lo sé. He sido un padre presente física y emocionalmente. ¿ He sido un contrapunto de la madre, ser algo diferente de la madre? No sé exactamente cúal es la diferencia pero siento que tendría que ser diferente.  La pregunta sería  ¿ ser diferente en qué?
 
Claro, aquí podría remitirme a la teoría de los arquetipos, de lo masculino como la idea de trasmitir seguridad, fuerza, dirección, ambición, logros… Si miro la teoría sé que no he trasmitido a mi hijo esta cosa de ambición, lucha, competitividad… ¿ Esto quiere decir que no haya sido un contrapunto masculino? Desde esta perspectiva arquetípica seguro que no. Es curioso, para mi el tema de la masculinidad se me pone más en cuestión con los hijos que no con las mujeres.
 
Si miro a mi hija la veo mucho en la órbita de la madre, aprendiendo a ser mujer de su madre. No sé si con mi hijo ha pasado lo mismo, si él ha aprendido a ser hombre aprendiendo de mi. No hay un  contrapunto social claro de lo que significa ser un hombre. Mi hijo a aprendido mucho de mi y de su madre del amor, de la empatía y de todo esto, ¿ pero de lo otro?
 
Resulta curioso…  Me he ido sintiendo más hombre en la medida que me ha dejado de importar parecer o ser masculino. Para mi tiene que ver con la madurez, con dejar más en segundo plano estos aspectos de seducción, de gustar a la mujer. Al pasar estos aspectos relacionados con la seducción a un segundo plano yo me siento más hombre. Una de las cosas que me han podido alejar más de sentirme hombre ha sido ser hombre en relación a la mujer en lo referente a gustar, a seducir. En la medida que esto me ha ido importando menos me siento más sólido como hombre. Ha sido como un proceso de liberación, de liberarme de ser un hombre para la mujer.
 
 
 VOZ XI

En Estados Unidos en los grupos de género utilizan mucho el término “poder”, tanto en los grupos de hombres como de mujeres. A mi este término no me gusta para nada, tiene una connotación de poder muy vinculada al ego, una vinculación de dominio. Prefiero hablar de fuerza y potencialidades.

 
La mujer ha seguido el modelo masculino para su emancipación. Esto supone una pérdida de lo femenino.  Esta emancipación de las mujeres implica un cambio en las relaciones hombre-mujer. En Estados Unidos esto ha generado la aparición de muchos grupos de género, especialmente de hombres. Muchos de estos grupos se plantean desde la perspectiva de cómo recuperar nuestro poder, cómo recuperar el poder perdido. Es una manera de seguir fomentando la lucha, dos bandos con dos perspectivas diferentes de la vida que no dan con un punto de encuentro y entonces se trata de confrontarse,  de imponerse al otro,  la mujer nos está quitando terreno vamos a reconquistar el terreno perdido.

 La cosa va por otra parte, pasa por desarrollar tanto hombres como mujeres lo masculino y lo femenino dentro de uno. Lo masculino esencialmente, no a nivel de forma, es iniciativa, actividad de dentro hacia fuera, tener iniciativa, estar enfocado o dirigido en una dirección. Lo femenino es lo contrario, es lo receptivo, estar abierto incondicionalmente en todas direcciones, acoge si juzgar.  La solución pasa por desarrollar las dos polaridades dentro de cada uno.

 El desarrollo a nivel de carácter de determinados rasgos en los hombres en gran parte es cultural.  Si desarrollamos la polaridad femenina nos constituimos con una identidad nueva respecto al patron tradicional, ahora hay naranjas enteras y no medias naranjas. Esto abre un nuevo modelo de relaciones hombre-mujer. Ya no es un modelo de complementareidad y dependencia, sino un modelo de enriquecimiento mutuo. No te necesito para sentirme bien. Yo soy autónomo, tu eres autónoma, juntos constituimos una tercera identidad que es más que la suma de las dos.

 
Hoy en día una gran dificultad en las relaciones de género es que la mujer en su emancipación haya adoptado el modelo masculino tradicional. No siempre es así, pero es algo bastante común. Entonces el hombre tampoco se puede reflejar en este modelo para cambiar el suyo porque lo que tiene delante es más de lo mismo, un modelo basado en la lucha, en ser más que el otro, en la competitividad, en la rivalidad…  Además, la mujer pierde el referente femenino que el hombre necesitaría para desarrollar su propia feminidad. Esto dificulta mucho la relación.


 He conocido parejas que tienen problemas de rivalidad. La mujer quiere tener más poder que el hombre y el hombre no lo puede soportar y se genera una lucha. También hay mujeres que ganan más dinero que el hombre y el hombre se siente humillado, incluso hay casos donde la mujer echa en cara al hombre que ella gane más dinero que él.Es necesario salir de este modelo de lucha, de confrontación. Es un modelo estancado y salir de aquí no es fácil. He conocido hombres que para desarrollar su feminidad les ha sido más util el referente de un hombre más femenino que no una mujer.

 
La dificultad de este momento es que los referentes tradicionales no sirven y es preciso crear nuevos modelos, modelos nuevos para los que no hay referentes, tanto para hombres como para mujeres.  Mi experiencia es que al hacer el proceso a partir de la energía primaria no evolucionas a partir de modelos sino a partir de lo que tu energía primaria te va inspirando. Cuando evolucionas a partir de estructuras buscas modelos y si no hay ninguno que sirva…
 

 

 

 

 
 
 

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