Atender
a qué estoy sintiendo como emoción mientras estoy pensando esto y en el cuerpo
o la acción está sucediendo aquello. Y qué está pasando “objetivamente” fuera
de mí. Y como la percepción de eso transforma el “mí”. Y como esa nueva
percepción de “mí” transforma la percepción del entorno y, a veces, hasta cierto
punto el entorno. Seguir como pistas a las correlaciones y discrepancias entre
los diferentes registros como una manera de abrir grietas que posibiliten el
contacto “verdadero” en el aquí y ahora, con lo que “realmente” está pasando
delante de mis narices. (…) Y cómo
podría ser el traslado a la vida cotidiana y a los asuntos concretos de este
tipo de percepción, tan central y fundamental por otra parte. ( Albert Rams)
Dónde y
en qué se acuerdan o integran los tres registros, cómo es el tipo de experiencia
que de ello surge. (…) Percepción que con frecuencia resulta iluminadora porque
la integración de cuerpo, emoción y mente, de pensamiento, sentimiento y acción
es de por sí alteradora de la conciencia ordinaria, de vigilia o actual – de
aspectos o matices no considerados en toda su amplitud o relieve. ( Albert
Rams)
Cómo
entender la constancia del yo en un mundo de procesos evanescentes. Gordon
Allport habla de la necesidad de postular una fuerza integradora ya que sin
ella no habría propósito, no habría coherencia interna, no habría
individualidad, y hay muchas cosas que necesitan como explicación la idea de un
yo. La noción de Gestalt permite disolver el dilema filosófico de la convivencia entre cambio y estabilidad, hay procesos
configurados en el tiempo, procesos organísmicos, configuraciones y no cosas.
(Claudio Naranjo)
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