viernes, 25 de enero de 2013

Conjuros biológicos y masculinidad


En los humanos hay biología (macho-hembra) y también cultura ( masculinidad-feminidad, hombre-mujer). También hay un sentido de identidad psicológica ( individualidad). Me gusta la visión del ser humano como un espacio de encuentro, un espacio de convivencia entre las diferentes dimensiones de la vida, donde cada una de las partes tiene cierta correspondencia con las otras al tiempo que cierto grado de autonomía, donde la coordinación del conjunto tiene más peso que los elementos particulares.

 Sin embargo, en la historia occidental del conocimiento hay una gran anhelo por tratar de demostrar que una determinada parte es clave, esto es, que las otras partes y el conjunto son reducibles a ella, que en el fondo  comparten su misma naturaleza y funcionamiento, que son un mero eco, que no aportan nada de cosecha propia. También hay una carrera por determinar cuál o cuáles son las partes importantes, las partes determinantes en la vida.

 Si vamos al plano biológico allí nos encontramos que en los machos hay una mayor concentración de testosterona y de receptores cerebrales para esta hormona. La testosterona es el material químico que causa mayor diferencia entre macho y hembra. La testosterona es una hormona sexual determinante en la formación del pene y el escroto, en el crecimiento de los cabellos del cuerpo y la barba, en el hecho que la musculatura y los huesos se desarrollen más fuertes que en la mayoría de las hembras. También se sabe que en el seno materno el aporte de testosterona genera células nuevas y vías nerviosas diferentes entre hombres y mujeres.

 La testosterona  está asociada con el deseo sexual, la agresividad, la velocidad de reacción, la resistencia física y modos de comportamiento dinámico. ¿ Qué conclusiones podemos sacar de todo esto? Para algunos autores la conclusión es que testosterona equivale a que detrás de un hombre hay un macho que tiende al dominio, la competencia y la atracción por hembras más jóvenes a engendrar y proteger.

 ¿Este tipo de conclusiones tienen sentido? Lo tienen si uno reduce el ser humano a biología. No creo que pueda negarse la influencia de la biología en el comportamiento, pero debe reconocerse que en muchas ocasiones  el alcance de esa influencia no está nada claro, especialmente cuando el tema en cuestión no hace referencia a cuestiones patológicas; y todo esto con el añadido que esta influencia no es la única inquilina de la casa, sino que coexiste con influencias procedentes de otros ámbitos. En muchas ocasiones al final la cuestión siguen siendo ¿  cómo se manifiestan y hasta dónde se extienden los dominios de la biología, la cultura, la psicología, la espiritualidad, la economía,  la/el …?

 A algunos filósofos de la ciencia les gusta decir que “ todo es química, pero la química no lo es todo”. Para ello les gusta recordar casos como la conexión entre química, emociones y sentimientos. Les gusta recordar que mientras que las emociones pueden describirse por la secreción de hormonas y neurotransmisores así solo se consigue a lo sumo cercar los sentimientos (representaciones mentales de la emoción), que a mayor complejidad de los sentimientos menos pueden describirse con la ayuda de la química. También les gusta el ejemplo del interruptor y la luz, queriendo decir que siempre hay bioquímica, pero que en ocasiones resulta difícil discernir si la bioquímica es causa o efecto y  causa o efecto de qué.

Si nos detenemos en las diferencias a nivel cerebral, entre los investigadores especializados en neurociencias hay un cierto consenso a la hora de considerar que  el cerebro izquierdo ( analítico, racional, verbal y temporal)  está más desarrollado en las mujeres, mientras que el cerebro derecho ( sintético, emocional, no verbal y espacial) está más desarrollado en los hombres. Asimismo, en las mujeres hay mejor conexión entre los dos hemisferios cerebrales.  También hay  estimaciones según las cuáles aproximadamente un veinte por ciento de hombres  podríamos tener un cerebro tipo femenino y un diez por ciento de mujeres  tendrían un cerebro de tipo masculino.  

En relación a los órganos de los sentidos, globalmente la mujer es más sensible, con un oído más perceptivo y la capacidad de escuchar con los dos hemisferios; con más receptores cutáneos para el contacto; un olfato más fino, una fineza que en ciertos periodos menstruales puede agudizarse aún más; un órgano vomero-nasal  ( percibe feromonas, las cuales se traducen en emociones) más desarrollado; en el caso de la vista, en el hombre está más erotizada, mientras que la mujer dispone de mejor memoria visual.

Hay que tener  en cuenta que se trata de estadísticas, de promedios, que no hay una causalidad determinante, que hay que considerar el papel de la plasticidad cerebral, que estas diferencias incluyen el resultado de una historia milenaria de asunción de roles y especialización de tareas, que en los humano hay fisiología pero también carácter.

 Si tenemos en cuenta todo esto  me parece que sobre las diferencias cerebrales entre hombres y mujeres lo mejor es sacar orientaciones de andar por casa,  una mirada simple y práctica, evitando teorizaciones que terminen por convertirse en semillas de confusión o justificaciones en defensa de un modelo normativo, de un modelo de lo que debería ser o de un modelo de lo que es mejor ( para mi y para ti, cariño).

 ¿ Qué quiero decir con orientaciones de andar por casa, simples y prácticas? Por ejemplo, entender que puede ser que uno hable muy alto o que el otro sea más sensible al volumen; que hay preferencia por expresarse, compartir y ser escuchado sin más y preferencia por buscar soluciones, que ambas dimensiones merecen ser respetadas; que uno  puede comunicar poco y de aquella manera y que esto no es neutro, tiene efectos; que uno puede pretender que el otro tenga la capacidad de adivinar mi sentir y captar peticiones no formuladas directamente

 Que el silencio no siempre es evasión; que el silencio puede utilizarse para ignorar a la otra persona, para apartarla, para herir; que no siempre hay mayor comunicación mediante la palabra que mediante el silencio; tener en cuanta que  en la expresión emocional hay diferentes grados de facilidad y rapidez, ritmos diferentes de expresión emocional; que la cantidad de expresión emocional no debe confundirse con la calidad, que cantidad no implica necesariamente conexión con la emocionalidad más profunda y dolorosa; que erotizar sentidos dormidos y descubrir los sentidos más erotizados en el otro puede ser muy satisfactorio para la intimidad de la pareja y en otros ámbitos. Se trata de detalles para limar asperezas, facilitar y enriquecer convivencia y relaciones.

 Hay estudios que hablan sobre las consecuencias en los hombres de una menor conexión entre los dos hemisferios cerebrales. Las consecuencias van en la dirección de señalar mayor dificultad a la hora de fijar patrones cognitivos y afectivos que permitan manejar situaciones de complejidad, situaciones que escapan a visiones simples y unidireccionales. Si juntamos esto con los efectos de la testosterona ( agresividad, comportamiento dinámico) podemos crear un bonito puzzle que permita explicar la mayor tendencia de los hombres a caer en situaciones extremas como el alcoholismo y la drogadicción.

 ¿ Hasta dónde soplan los vientos de la biología? ¿Puede hablarse de un determinismo biológico que justifique una predisposición de los hombres a comportamientos extremos? ¿ Hay manera de probar un determinismo de tal índole? ¿ Hay manera de medir como una predisposición de estas características podría-puede-es estimulada o modulada por factores como cultura, educación, sistema socioeconómico y un largo etcétera? ¿ Y al revés, puede, por ejemplo, la educación esculpir las formas que quiera a partir de la biología?  ¿ Qué, quién y con qué intención se responde a preguntas de este estilo?

 

 

 

 

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